Cada vez se extiende más una comprensión de la realidad como algo evolutivo, emergente, donde la conciencia y la espiritualidad no son algo separado de lo que holísticamente somos. No es necesario afirmar otro mundo de donde se derivan. La misma realidad natural se convierte en signo o sacramento de sí misma, de su misterio.
Vivimos un tiempo de cambios profundos. Las recientes teorías del conocimiento, el espectacular avance de la ciencia y de la tecnología, el mestizaje de culturas y los graves problemas de la desigualdad y del deteriore del planeta nos adentran en un nuevo paradigma o marco cultural desde el que interpretar y transformar el mundo. Este blog pretende ser una herramienta de reflexión y creatividad en el ámbito de la espiritualidad y de la praxis. ¿Nos acompañáis?
Me parece muy creativa la forma en que piensas la fusión de la espiritualidad con la vida y realidad que nos rodea.
ResponderEliminarCuando abundas en los signos, que pueden ahora proporcionarnos esa dimensión trascendente, también veo un abanico de posibilidades a repensar.
Para mi, la dificultad está en la fuerza que todavía tienen los imaginarios colectivos de los que provenimos.
Los nuevos signos del Espíritu rezuman demasiada "mundanidad" para que puedan convertirse eficazmente en esos "riegos a manta" tan necesarios en muchas ocasiones.
Tiempos de transiciones e incertidumbres, que no van a resolverse. Paciente evolución social y personal
Me ha gustado mucho. Respecto a que vivimos tiempos de transiciones e incertidumbres, me viene a la memoria una frase de autor/a desconocido/a, que siempre me ha parecido muy sugerente: "Descansa en mí, le dijo el Amor al Miedo"
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